¿Hay o no burbuja inmobiliaria en Bogotá? Análisis

¿Hay o no burbuja inmobiliaria en Bogotá? Análisis

En los últimos años en Bogotá existen algunas firmas de constructores protagonistas del ‘boom’ de los precios. Vitrvm, de la firma Ícono Urbano, dirigida por Jorge Estrada y diseñado por el arquitecto Richard Meier, puede ser uno de los proyectos con más alto precio.

De los 37 apartamentos, casi el 80% está vendido con valores que iniciaron desde los 16 millones de pesos en planos con áreas de 256 a 396 metros en dos torres. Y aún no se ha iniciado la construcción de la obra, que debería iniciar en junio y al finalizar puede costar 20 millones de pesos.
 
Esa obra de Vitrvm, como otras que ha habido en la ciudad, se convierten al final en una especie de iconos con la diferencia que para poder mantener una estándar de precios tan alto debe tener un diseñador famoso que lo firme, como Richard  Meier, quien es premio Pritzker. 
 
El lote del proyecto, que colinda con el Seminario Mayor de Bogotá, más el avance del mismo sin que aun tenga el primer ladrillo, puede estar en unos 60 mil millones de pesos.
 
En momentos de crisis, lo que se hizo fue minimizar el riesgo y vender los proyectos sobre planos a precio fijo, contrario a la tenencia de la época, en la que un grupo de conocidos se reunían para construir proyectos al costo, que, al final, terminaban valiendo mucho más.
 
Ahora, muchos de esos proyectos, como el caso de Vitrvm, el proyecto del que hablábamos al principio, están siendo construidos sobre lotes donde antes había viejos edificios. Tres edificios que se encuentran en negociación por los que inversionistas y varios constructores han hecho ofertas para derribarlos en zonas que van a renovarse. Uno está en toda la esquina de la calle 74 con carrera séptima de norte a sur.
 
El segundo está en justo en la mitad de la calle 77 entre calles novena y séptima, y el tercero en la esquina de la calle 92 con carrera 9 A, frente a las oficinas de la Organización Ardilla Lulle. Lo que hacen es pagar precios que llegan a los 7 millones de pesos por apartamentos con 30 años o más de construidos y le ofrecen a esos inquilinos un apartamento un poco más pequeño del que tenían dentro del proyecto con algunos beneficios adicionales, como pagarles un arriendo en otro apartamento mientras está listo el edificio.