Colombia, llamativo lugar para comprar e invertir

Colombia, llamativo lugar para comprar e invertir

El Financial Times hace un positivo balance de la situación de la economía colombiana, pero no desconoce la persistente inequidad y pobreza.

Los tiempos han cambiado. Colombia, luego de años de una guerra promovida por el narcotráfico, está resurgiendo lentamente, y esas nuevas condiciones de seguridad, sumadas a una sólida economía en crecimiento, han logrado que sobre el país caigan las miradas de la inversión extranjera y las grandes marcas de la talla de Dolce & Gabbana y la cadena de hoteles de lujo W Hotels. Así lo registra hoy el Financial Times (FT) en un artículo titulado “Colombia: a glittering hotspot for investments and shoppers”.
 
El FT resalta el proyecto residencial Vitrum, en el que se embarcó el reconocido arquitecto Richard Meier, premio Pritzker 1984, desde septiembre del año pasado, en la intersección de la Calle 93 con Séptima. A unas 26 cuadras al sur, está el restaurante del superchef peruano Gastón Acurio, similar a los que se han abierto en San Francisco y Madrid. Esos son solo unos de los muchos ejemplos que sustentan que Bogotá se está volviendo atractiva para el capital extranjero.
 
Pero la capital del país no ha acaparado la suntuosidad. A menos de una hora en avión de allí, está Cartagena, que se ha convertido en la ciudad elegante y de moda del Caribe. Por solo nombrar un ejemplo, la suite Botero del Hotel Santa Clara, llamada así en honor al pintor colombiano, cuesta US$2.700 la noche. Ahora, si esos precios existen es porque hay gente que los puede pagar. Y no porque el poder adquisitivo sea producto del narcotráfico, como en tiempos de Pablo Escobar. Por demás, si bien aún existen capos de la droga, son menos ostentosos que en el pasado, asegura el FT.
 
Pero lo sobresaliente es que hacerse rico en Colombia “correctamente” es cada vez más común. Según un estudio de octubre pasado de WealthInsight, el país ha generado más millonarios que países como Brasil y México.
 
“Algo definitivamente está pasando en Colombia”, dijo Robert Kunzel, gerente general de GPCars, importadora local de Maserati, en diálogo con FT. El año pasado, la marca italiana de lujo vendió cinco carros avaluados en US$250.000. Kunzel espera que, dadas las condiciones, en 2016 se vendan 70. “Eso era impensable hace una década”.
 
Por su parte, Felipe Cárdenas, el fundador de GayHills, una red social sobre servicios de lujo para hombres gay alrededor del mundo, opina que, luego de que Colombia fue ignorada por mucho tiempo, ahora se está convirtiendo en la Meca de las compras de alta gama en Latinoamérica.
 
A pesar de todo, Colombia sigue siendo un país desigual y con altos índices de pobreza. Pero la situación favorable a nivel económico ha engrosado la clase media que, entre otras cosas, ya no teme darse el gusto de comprar joyas, carros y casas, como sucedía antes, pues ostentar era lo mismo que volverse blanco de secuestro y extorsión.
 
Finalmente, algo que el FT no deja de resaltar es que, además de que los lujos en Colombia son cada vez más abundantes, el país también los está exportando. Tal es el caso de las marcas que han creado Silvia Tcherassi, Tatiana Santo Domingo, entre otros, que sin duda ayudan a que Colombia demuestre que la reputación de que solo sabe exportar droga es infundada.